Esta noche la barrera entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos desaparece, y para evitar caer del lado de las sombras, hay que seguir unas normas: rodea tu casa de calabazas, pon una vela a los difuntos y cuando llamen a la puerta, acepta siempre trato. Nunca se sabe qué o quién se puede esconder tras un disfraz. Si quieres saber más, ‘Truco o trato’ es tu película.
Cuando pensamos en cine y Halloween inmediatamente nos viene a la cabeza el casi inmortal Michael Myers: una película fundacional firmada por Jonh Carter, nada menos que siete secuelas y unreboot a cargo del bestiajo de Rob Zombie que asimismo goza de su correspondiente continuación se han encargado de perpetuar el mito. Pues bien, ‘Truco o trato’ juega en otra liga: sus orígenes hay que buscarlos en los cómics de terror de la EC, Creepy, House of Mistery y demás, y, quizás, en los relatos de terror juvenil de R. L. Stine. Pero que no cunda el pánico: aquí las medias tintas y la corrección política brillan por su ausencia. Cinematográficamente, el referente más claro es ‘Creepshow’ (id, George A. Romero, 1982), pero a diferencia de aquélla, las historias comparten un espacio común y entre ellas no sólo hay un nexo, sino que unas invaden el espacio vital de otras, como si un ‘Vidas Cruzadas’ (‘Short Cuts’, Robert Altman, 1993) del horror se tratara.
Ver una pelicula con amigos disfrazados con los mejores disfraces de halloween seria la mejor fiesta de Truco o Trato.