En la cantina de la estacion

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Desde hace varios años soy la flamante propietaria de la cantina de la estación de trenes de mi ciudad, una verdadera locura, sobre todo por las mañanas, la gente va con prisas a sus puestos de trabajo y todos quieren tomar un café antes de emprender la jornada laboral, la verdad des que a mí me llena de vida ya que sabia a lo que me enfrentaba cuando decidí hacerme cargo de este negocio. El anterior propietario un amigo de la familia se ha jubilado recientemente, los hijos cada uno con su carrera no han querido o podido hacerse cargo de la cantina por lo que al saber que la iban a cerrar hablé con él y me dejo el alquiler a muy buen precio, esto y las ganas de trabajar que ya tenía hicieron que se me ocurriera montarla por mi cuenta.

Le he dado un aire muy romántico, he pintado las paredes de tonos pastel con vinilos de trenes y de vagones, también hay árboles y farolas, le dan un aire muy hogareño. La mesas con manteles de tela de colores y flores y velas en cada una de ellas, en las paredes fotos de los clientes, de todos los que quieren, ellos pueden sacarse una foto con su teléfono y mandarla al mío, esa misma tarde formará parte de esta gran familia que somos.

En la entrada hay colocada una pizarra que compré en pizarras-blancas.es, en principio estaba destinada a indicar a los clientes los menús disponibles y las promociones en los desayunos, pero ha acabado siendo una pizarra en la que los viajeros escriben impresiones del sitio, buenos deseos para mí o si les ha gustado el desayuno o no, los que más uso hacen de ella son los niños que me dejan dibujitos y dedicatorias yos aseguro que es algo súper emocionante, pequeños diciendo que les encanta el cola cao o que la tortilla estaba más buena que la de su madre, todo amor. La pizarra en principio era mediana, ni muy grande ni muy pequeña, pero con el paso de unos meses he decidido cambiarla por una más grande, una que ocupe casi la totalidad de la fachada, así no tendré que borrarla a diario y podré mantener algunos de los dibujos y dedicatorias que los muchachos me dejan con tanto gusto. Un verdadero acierto montar la cantina de la estación.